Paco «Gallego», nuevo dorsal de leyenda sevillista

Publicada el 28 enero, 2014

Sevilla, 24 de Enero de 2014. Francisco Fernández Rodríguez, Paco “Gallego”; de azulgrana, vestido de blanco y rojo o portando los colores de la selección nacional a nadie escapa esta leyenda viva del fútbol español.

Siempre con el 5 en la espalda,  los culés recordarán a “Gallego” por el título de liga de la temporada 1973-74, por sus dos Copas de Feria (actual Europa League)  o por proclamarse campeón de España en dos ocasiones. Son los logros que cosechó durante las 10 campañas en las que militó en el FC Barcelona.

36 veces internacional, este defensa central, natural de Puerto Real (Cádiz) jugó tres mundiales vistiendo la camiseta roja y gualda, y otras tres Eurocopas. Entre ellas, la de 1964, primer trofeo que recibieron las vitrinas de la Federación Española de fútbol.

Pero sus años en primera empezaron y acabaron, como él mismo reconoce, en el equipo de sus amores: el Sevilla FC. A él llegó con 15 años y en él sigue a día de hoy como Tesorero de la Asociación de Veteranos. El mismo club que el pasado 20 de noviembre reconoció su trayectoria futbolística con el quinto “Dorsal de Leyenda”, de  manos del entonces presidente, José María del Nido. Condecoración que anteriormente recibieron ilustres exjugadores del Sevilla FC como Arza, Busto, Achúcarro y Valero.  

Un acto emotivo que congregó a alrededor de 200 personas. Además de su mujer, hijos y allegados por el antepalco del Ramón Sánchez-Pizjuán se dejaron ver, entre otros, el presidente de la Federación Española de Fútbol, Ángel María Villar, su homólogo en la andaluza, Eduardo Herrera, o el ex presidente del FC Barcelona, Sandro Rosell. Tampoco quisieron perderse esta cita de leyenda la plantilla del primer equipo del Sevilla FC y el alcalde de la capital hispalense, así como la regidora de su Puerto Real natal.

¿Y por qué lo de “Gallego”? Ese sobrenombre lo heredó de su padre, así lo conocían en Puerto Real y así lo recibió el defensa… Y no debió importarle demasiado. A sus casi 70 años, sus más allegados no saben referirse a él de otra forma.